Mientras el consumidor pierde confianza y aprieta la cartera, el desempleo envía señales contradictorias, las marcas juegan con estrategias de precios más turbias de lo que aceptan.

En pocas palabras: todos están sonriendo hacia afuera, pero adentro hay nervios, ajustes, estrategias escondidas y decisiones que afectarán directamente a quienes tienen un negocio pequeño o dependen del consumidor estadounidense.

Este boletín te resume lo que está pasando de verdad, no lo que dicen los titulares. Para que no solo estés informado, sino un paso adelante en tus decisiones para cerrar el año con estrategia, no con improvisación.

RETAIL

On vende tenis cada vez más caros… y a la gente no le importa

Resulta que On anda tan subida en su nube premium que decidió enfrentar los nuevos aranceles… subiendo los precios. Sí, mientras otras marcas sudan para absorber costos, On dijo: “el consumidor de lujo ni se inmuta”, y aumentó 10 dólares varios modelos, incluido uno que ya va en 170 dólares.

Y aquí viene el chisme jugoso: la estrategia les funciona. Mientras Nike y Hoka batallan con inflación, cautela del consumidor y aranceles, On subió su pronóstico anual por tercera vez y ya proyecta ventas de casi $3,700 millones, un +34% vs 2024. Y cero descuentos en Navidad, porque “premium no rebaja”.

Eso sí, en Wall Street no todos les creen; las acciones están 30% abajo en el año y algunos analistas dicen que el boom podría enfriarse si Nike revive. Pero los clientes de On parecen otra historia: una compradora pasó de Skechers a On por recomendación… y ahora tiene cinco pares. Para que veas el nivel de fidelidad.

La marca está abriendo tiendas como si fueran Starbucks (20+ al año), en ciudades donde pagar $170 por una sudadera no asusta a nadie. Y para conquistar a los jóvenes con gusto caro, sacaron línea con Zendaya y colaboraciones con Kith.

En resumen: On no compite con Nike… compite con el ego del comprador premium. Y cuando un producto se vuelve parte de tu identidad, como dice su CEO, puedes cobrar casi lo que quieras.

ECONOMÍA

El consumidor anda “bajoneado” y la confianza cayó como novela de drama

La confianza del consumidor en EE. UU. se desplomó en noviembre, y no un poquito… cayó de 95.5 a 88.7, su nivel más bajo en meses. Ya sabes, cuando el consumidor se pone nervioso, la economía siente el airecito frío.

¿Y qué trae tan preocupado al público? Según The Conference Board, los consumidores no dejan de mencionar lo mismo: precios altos, inflación, aranceles, pleitos comerciales, política y hasta el posible cierre del Gobierno federal. Pura energía negativa en el ambiente.

Los economistas esperaban que el índice quedara en 93.4… pero no, el indicador se fue más abajo, como si estuviera evitando responsabilidades.

Encima, el mercado laboral tampoco ayudó: los comentarios de los consumidores fueron más pesimistas que en octubre. Y para rematar, expertos como Eugenio Alemán dicen que este bajón confirma lo evidente: el último trimestre del año viene con una demanda más flojita.

En pocas palabras: el consumidor está en modo “no me convence nada”, y eso siempre termina moviendo fichas en los negocio

NEGOCIOS

Las tiendas de segunda mano están robándole el show a Joann Fabrics

Resulta que la caída de Joann Fabrics dejó un hueco enorme en el mundo de las manualidades… y las tienditas de arte de segunda mano dijeron: “permíteme brillar”.

Desde que Joann cerró todas sus tiendas tras declararse en bancarrota por segunda vez, lugares como Scraplanta, FabScrap y MECCA están viviendo su mejor temporada. Enero, que solía ser relax total, ahora está tan lleno que parece Black Friday artesanal.

¿Por qué? Porque los artesanos navideños están huyendo del precio retail y buscando opciones más baratas, creativas y eco-friendly. Y como Michaels y Hobby Lobby no alcanzan a cubrir todo el hueco, estos negocios comunitarios están recogiendo las sobras… bueno, las buenas sobras.

Las tiendas de segunda mano ahora venden telas y materiales de marca —algunos de diseñador— por nada de lo que costarían en Joann. Eso sí: aquí no vienes a buscar “el set completo perfecto”, sino a ver qué tesoro aparece. Y lo curioso: ¡a la gente le encanta ese caos creativo!

Además, estas tiendas no solo venden: se volvieron centros de comunidad, con talleres, clases de costura, intercambios de telas y hasta tintes caseros cuando el inventario no alcanza. Literal, están convirtiendo el desastre textil en un imperio de creatividad.

EMPRESAS

¿Qué pasa cuando un empleado habla mal de tu negocio?

Ay, pero qué novela se armó en Campbell’s. Resulta que un alto ejecutivo, Martin Bally —sí, el vicepresidente de TI— fue grabado diciendo que la empresa hacía “comida altamente procesada para gente pobre”… y además soltó comentarios racistas sobre empleados indios.

La bomba la soltó un exanalista, Robert Garza, quien no solo filtró el audio, sino que también demandó a la empresa alegando discriminación, represalias y estrés emocional. Según él, reportó los comentarios y… tres semanas después, lo despidieron.

Campbell’s primero lo puso en licencia, pero después de revisar la grabación, lo despidió de inmediato, declarando que los comentarios eran “vulgares, ofensivos y completamente absurdos”. La empresa hasta tuvo que sacar una ficha técnica aclarando que su pollo es real, que no usan carne artificial, ni 3D, ni nada raro. Literal: “Las sopas Campbell’s están hechas con pollo de verdad. Punto.”

El chisme no termina ahí: el audio se filtró justo cuando la empresa está defendiendo la calidad de sus productos a capa y espada, tratando de mantener la imagen frente al público y los inversionistas. Bally, por su parte, no ha dicho ni pío.

EMPLEO

El desempleo dio sorpresa… pero con truco

La semana pasada cayeron a 216,000, el nivel más bajo desde abril. Todos esperaban 230,000. O sea, el mercado laboral dijo: “¿Preocupados? Yo no”.

Pero aquí viene el chisme sabroso: aunque las solicitudes iniciales bajaron, las solicitudes continuas subieron a 1.96 millones. Traducción: menos gente está entrando al desempleo… pero los que ya están ahí tardan más en salir. Ese es el plot twist que trae de cabeza a los economistas.

Y la novela sigue: La Oficina de Estadísticas Laborales todavía no entrega los datos completos de empleo de octubre y movió el reporte de noviembre hasta el 16 de diciembre.

Pero espérate… ADP se metió al chisme y soltó su propio reporte: el sector privado perdió en promedio 13,500 empleos por semana en las últimas cuatro semanas, mucho más que los 2,500 de la semana pasada. Según ellos, hay menos gente buscando chamba porque muchos ya se están jubilando, y los sueldos de los nuevos empleados están casi idénticos.