💡 Ya le entendimos a la crisis

El que se adapta gana

Ay, comadres y compadres empresariales, esta semana el mundo de los negocios viene más movido que junta de emergencia en Target. Entre minoristas frustrados, deportaciones que sacuden la economía, aranceles que están creando nuevos millonarios, y la fuerza laboral de EE. UU. encogiéndose como camisa en secadora, los titulares están para servirse con palomitas.

Y no crean que eso es todo: la IA sigue metiéndose hasta la cocina en las empresas, mientras el mercado laboral depende de los inmigrantes.

En este boletín te contamos el chisme completo, pero con enfoque empresarial —porque aquí el chisme no es para el morbo, sino para ayudarte a tomar mejores decisiones.

COMERCIO

Dólares, pesos… y ahora yuanes

Una de las constantes entre los empresarios que están creciendo hoy es clara: no dependen de una sola moneda ni de un solo mercado. El que solo vende en su país se expone más y crece menos.

Un alumno reciente lo entendió muy bien.
Ante los aranceles en Estados Unidos reorganizó su operación y empezó a enviar su mercancía directo desde China a Chile, España, Perú y pronto Brasil.
Menos costos, más eficiencia y nuevos clientes fuera del mercado tradicional.

Estados Unidos sigue siendo un mercado clave, pero también uno de los más competitivos. Por eso muchas marcas pequeñas están usando China no solo para fabricar, sino como centro estratégico para distribuir globalmente.

La tendencia es evidente: China dejó de ser solo proveedor y se está convirtiendo en el puente para venderle al mundo.

Si quieres entender cómo funciona este modelo directamente desde el terreno, la Gira Empresarial China 2026 es un buen punto de partida para conocer fábricas, proveedores y nuevas rutas de expansión.

ECOMMERCE

Whatnot acaba de revolucionar el ecommerce superendo a Amazon

¿Te enteraste del último movimiento de Whatnot? Pues resulta que la plataforma de compras en vivo anda presumiendo que ya se parece “a todo el comercio electrónico”… pero con un toque que ni Amazon tiene: puro show en vivo y mucha, MUCHA inteligencia artificial.

Tom Verrilli, su Director de Producto, básicamente dijo que nacieron en el momento perfecto para montarse en la ola de la IA sin cargar con el sistema oxidado que traen los gigantes del e-commerce. Y se les nota: lanzaron cuatro herramientas nuevas que permiten crear listados con solo apuntar la cámara y resolver envíos con una foto. Sí, así de fácil. Menos tiempo trabajando, más tiempo vendiendo.

Lo jugoso del chisme: – La plataforma ya genera más de 6 mil millones de dólares en GMV al año. – Hay más vendedores millonarios que nunca. – 

La moda de segunda mano, los bolsos de lujo y las fragancias están explotando como si Whatnot fuera el “TJ Maxx digital” que nadie había construido. – Y mientras otros pelean con etiquetas, costos y envíos, Whatnot lo hace automático desde el minuto uno.

INMIGRACIÓN

Menos inmigrantes, menos trabajadores… ¿y menos crecimiento?

La Reserva Federal de San Francisco andan con el chisme bien caliente: la inmigración cayó tan fuerte este año que la fuerza laboral de EE. UU. podría empezar a encogerse en los próximos años. Sí, así como lo lees: menos manos trabajando, menos crecimiento y más dolores de cabeza para la economía.

Según el estudio, la migración neta pasó de 2 millones en 2024 a solo 515 mil en 2025, gracias a tres cosas: — menos indocumentados llegando, — más gente yéndose del país, — y más deportaciones (unas 285 mil).

Y aquí viene el chisme fino: si no fuera por la inmigración, la población en edad laboral ya estaría disminuyendo desde 2012. ¿La razón? Los baby boomers se están jubilando en masa y los jóvenes nacidos en EE. UU. cada año son menos.

¿Las consecuencias? Menos trabajadores → menos consumo → menos crecimiento. Pero, paradójicamente, menos inmigración también podría quitarle presión a la inflación de servicios, según las investigadoras.

En resumen: el país está entrando en una especie de “dieta laboral” que nadie pidió, cortesía de una caída migratoria histórica… y eso podría cambiar cómo crece —o deja de crecer— la economía americana.

GOBIERNO

¿Y por qué nadie le pone un alto al ICE?

Hay un chisme muy incómodo en Washington: todos se preguntan por qué nadie detiene al ICE, pero cuando volteas a ver quién debería hacerlo… todos se hacen los distraídos.

El cuento comienza así: el ICE está operando como si tuviera “barra libre” para detener personas basándose en sospechas razonables que, según la Corte Suprema, pueden incluir cómo te ves, si hablas español o si estás en ciertos lugares buscando trabajo. Sí, la Corte permitió eso —y lo dejó por escrito.

Mientras tanto, los agentes del ICE pueden operar enmascarados, sin identificarse, y detener a personas en plena calle bajo lagunas legales que la administración Trump explotó al máximo. Y lo peor: no existe una regla que los obligue a mostrar claramente quiénes son. Resultado: cualquier persona puede temer ser detenida sin saber si es un arresto oficial… o un secuestro disfrazado.

¿Y dónde están los que deberían controlar esto? — El poder ejecutivo: aprovechando vacíos legales. — El Congreso: sin intención de legislar nada nuevo. — La Corte Suprema: avalando detenciones basadas en perfil racial.

Todos repartiendo culpa y nadie moviendo un dedo.

Los abogados han intentado detener estas prácticas, pero la Corte ha cerrado la puerta casi por completo. Solo quedan rutas legales más creativas, como impugnar toda la política del ICE bajo la Ley de Procedimiento Administrativo.

Mientras tanto, el mensaje que deja este chisme institucional es crudo: el sistema falló. Y la única forma de cambiarlo sería en las urnas en 2026 y 2028.

En resumen: el ICE sigue avanzando porque ningún poder del gobierno quiere —o puede— frenarlo, y la situación se ha convertido en un símbolo de cómo las reglas pueden romperse sin que nadie las repare.

RETAIL

Target está furioso… consigo mismo

En Target hay drama corporativo. Su nuevo CEO, Michael Fiddelke, confesó que está “frustrado” porque las ventas del tercer trimestre simplemente no levantan: cayeron 1.5% y las ventas comparables bajaron 2.7%. Para colmo, la ganancia neta se desplomó casi 20%.

¿La respuesta? Algo muy de empresa en crisis: tirar dinero al fuego para ver si revive la llama. Target anunció que meterá 1,000 millones de dólares extra en 2026, elevando su inversión total del año a casi 5,000 millones para nuevas tiendas, remodelaciones, mejor experiencia y, sobre todo, más tecnología.

Pero aquí viene el verdadero chisme: Target está apostando fuerte a la IA, desde diseñar productos hasta crear audiencias sintéticas que predicen cómo reaccionará el cliente antes de lanzar algo. Incluso lanzarán una app en ChatGPT para que los clientes hagan compras múltiples sin complicarse.

Los analistas dicen que esta inversión es como “dar un paso atrás para agarrar vuelo”, porque Target necesita reconstruir su imagen de “Tarzhay” y frenar cómo se le están comiendo el mandado Walmart, Amazon y compañía.

En resumen: Target está en modo “me rehago o me hundo”, y usará IA, remodelaciones y tiendas gigantes para intentar recuperar su encanto. Mientras tanto, belleza, alimentos y ferretería son los únicos departamentos que no están llorando.

NEGOCIOS

La clave de los aranceles de Donald Trump

Los aranceles de Trump traen a los minoristas vueltos locos. Literal, el precio de ayer ya no es el precio de hoy, y los compradores corporativos andan haciendo apuestas a ciegas como si estuvieran en Las Vegas.

¿La escena? – Los minoristas planean inventarios con 9 a 12 meses de anticipación, pero con los aranceles cambiando como humor de ex tóxico… pues caos total. – Hubo pedidos que se hicieron, luego se cancelaron, luego se rehicieron. Los proveedores ya no saben si mandar flores o bloquear números. –

El drama mayor: Las empresas están aprendiendo que si tu cadena de suministro es “muy eficiente”, en tiempos de aranceles te quedas como estatua: barata, pero inmóvil. Ahora toca ser flexible, rápida, ágil… casi ninja.

Pero aquí viene lo fuerte del chisme: – Los minoristas grandes ya se están adaptando. – Los pequeños… están sufriendo DURÍSIMO. – El 97% de los importadores de EE.UU. son pequeños negocios, y más del 60% dice que los aranceles son uno de sus mayores dolores de cabeza.

El retail está jugando a “no más apuestas”, pero el que no se mueva rápido… queda fuera de la mesa.